Y al ponernos a reconocer quien es el primero en levantarse
es facil saberlo,nadie camina tan de puntillas como mi madre,
ni nadie acorta tanto los pasos como mi padre
aunque nos pongamos sus simples zapatos como ya alguna vez
intentando confundirnos unos a otros.
Ya son las seis y empieza el juego,
mi padre viene bajando del segundo piso
mi madre del tercero
ellos aprendierona reconocerse paar nunca encontrarse,
de vez en cuando quisiera que tambien sean parte del juego
y alguna vez logremos confundirlos,
pero los pasos de mi madre son todos los no andadaos por mi padre y viceversa.
Ya son las seis y nos da por hacernos pensar que estamos bien ,
que somos otros,por eso hasta la tristeza de mi madre
viene de puntillas para no despertar a la nuestra.
tantas cosas nos hemos puesto a reconocer
y las hemos reconocido a veces sin querer.
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